Nunca está de mal recordarlo: somos unos afortunados. Lo somos porque trabajamos en un proyecto familiar, en un sector que nos apasiona y en una región que nos enamora. Porque para los amantes de la tierra, Rioja Alavesa es una comarca privilegiada. Una comarca donde, entre otras muchas cosas, pueden encontrarse joyas como Laguardia, uno de los pueblos más bonitos de España. Y sobre ellos hablamos en este post.
Sobra decir que Elciego, el pueblo del que somos, es nuestro rincón favorito en el mundo, pero eso no quita que a solo diez minutos de aquí se encuentre un lugar único. Ubicado en lo alto de una colina y perfectamente rodeada de murallas, ya desde su nombre Laguardia cumple lo que promete: ser un auténtico fortín.
Cómo llegar a Laguardia
Debido a su importancia turística, a su distinción como capital de Rioja Alavesa y a su ubicación entre Logroño (20 minutos) y Vitoria (50 minutos), resulta sensato pensar que es bastante fácil llegar hasta Laguardia. Si vienes en coche podrás hacer la mayor parte del camino por autopista o por autovía, dependiendo de dónde vengas, y tan solo unos kilómetros atravesando una preciosa carretera nacional entre viñedos.
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Si no dispones de vehículo propio, te alegrará saber que es bastante sencillo y rápido llegar a Laguardia en autobús. Desde Vitoria y/o Logroño, hay autobuses con frecuencia horaria de la compañía Álava Bus que te dejarán por ahí.
Laguardia, un pueblo con mucha historia
Si algo destaca de Laguardia es la gran cantidad de historia que acumula entre sus murallas. Basta por darse un paseo por sus calles empedradas para darse cuenta de todo lo que esta aldea acarrea a sus espaldas. Aunque hay yacimientos arquelógicos prehistóricos en los alrededores de esta villa, la fundación del poblado tal y como lo conocemos data del siglo X, levantada por aquel entonces como castillo para el Reino de Navarra, región a la que pertenecía. Un castillo que fue por muchos siglos uno de los más importantes de ese reino, siendo incluso residencia real, pero que terminó por pasar a mejor vida a finales del siglo XIX.
Fue a mediados del siglo XII cuando este castillo pasaría a ser villa, mediante un fuero de población y sus consiguientes privilegios que trajeron consigo un crecimiento demográfico. De ahí en adelante el pueblo fue ganando en importancia y la muralla se extendió más allá del castillo.
Nos remontamos ahora al siglo XVI, momento en el cual Laguardia pasaría a formar parte de Álava. De ahí en adelante, Laguardia estuvo durante tres siglos al margen de toda guerra lo que permitió un fuerte desarrollo, en buena medida gracias al vino.
Las guerras venideras en el siglo XIX (guerra de la Independencia y Carlista) y la posguerra de la Guerra Civil en el XX, dañaron mucho a este pueblo, que perdió por el camino buena parte de sus murallas. Por suerte, los consiguientes años de paz y prosperidad, y el crecimiento de la industria del vino y el turismo, ha permitido a Laguardia recuperar el esplendor de antaño.
Qué ver en Laguardia
No es de extrañar que en un pueblo con tanta historia detrás haya llegado hasta hoy con tanto patrimonio. Pese a ser una villa pequeña con menos de 2000 habitantes, este ofrece contenido de sobra para dedicarle una buena jornada turística. Pero, ¿qué puedes ver en Laguardia?
Visitar la muralla y sus puertas
Aunque las mencionadas últimas guerras dañaron un tanto la perfecta muralla que históricamente a rodeado Laguardia, todavía hoy es posible visitar una buena parte de esa estructura defensiva y de las puertas de entrada a la fortificación: La puerta de Páganos (oeste), Mercadal (sur), San Juan (sureste), Santa Engracia (nordeste) y Carnicerías (este).
Pasear por sus calles empedradas
Uno de los mayores encantos que tiene Laguardia es que en la zona amurallada no pueden entrar los coches, por lo que pasear por allí se hace irresistible. Tanto es así que este es uno de los motivos por los cual es el único pueblo del País Vasco incluido en la Asociación de los Pueblos Más Bonitos de España. Resulta complicado perderse en Laguardia ya que apenas tres calles la recorren de forma longitudinal y otras tantas de forma transversal, aunque todas ellas, especialmente la Mayor y la de Páganos, merecen tu visita.
La plaza Mayor y su reloj
Camines por donde camines, no podrás escaparte de la plaza Mayor, el centro neurálgico de Laguardia. Por allí anda el ayuntamiento de la ciudad, la oficina de turismo y unas cuantas flores pero allí se encuentra también el carrillón, un reloj en el que a determinadas horas unos autómatas bailan una melodía típica de las fiestas locales. Lo podrás ver a las 12, 14, 17 y 20h en verano e invierno, y 13 y 22 h. también en verano.
Iglesia de Santa María de los Reyes
Además de su carrillón, una de las grandes peculiaridades que tiene Laguardia es que conserva uno de los pocos pórticos policromados de España, donde se cuenta la vida de la Virgen al más puro estilo comic.
Aunque este pórtico es del siglo XIV y fue coloreado en el XVII, la iglesia de Santa María de los Reyes se empezó a levantar en el siglo XII. En su interior también hay un retablo espectacular.
Iglesia de San Juan Bautista
Tampoco se queda atrás la iglesia de San Juan, iniciada en estilo románico pero concluida en el gótico. Breve pero intensa.
La Torre Abacial
Muy cerquita de la iglesia de Santa María de los Reyes (aquí está todo cerca) está la torre Abacial, una torre-castillo-campanario de origen románico desde dónde hay unas vistas excepcionales de la ya de por sí excepcional Rioja Alavesa.
Jardines de Laguardia
Sin duda, una de las debilidades de quien os escribe este artículo. Y es que en Laguardia puedes encontrar unos preciosos jardines donde pasear con calma al atardecer y parar a descansar junto al monumento de Félix María de Samaniego, uno de los ciudadanos más ilustres que ha dado esta villa.
Bodegas, calados y otros negocios subterráneos
Como ya has podido leer en la historia de Laguardia, el vino ha sido, desde hace unos cuantos años, uno de los principales sustentos económicos de esta localidad (y de toda nuestra región), por lo que no es de extrañar que las bodegas conformen su paisaje urbano. Aunque a simple vista no lo veas.
Y es que una de las grandes particularidades de Laguardia es que es todo el subsuelo es un auténtico laberinto de bodegas y calados. Buena parte de ellas pueden ser visitadas ya sea a través de las mismas bodegas, o de tiendas, hoteles o incluso de la propia oficina de turismo, en cuyo interior se encuentra un bonito calado. Por todo ello, Laguardia es un destino perfecto para hacer enoturismo en Rioja Alavesa.
Dónde dormir si vistas Laguardia
Ahora que ya te hemos abierto boca con Laguardia, solo nos queda recomendarte algún alojamiento por si visitas el pueblo y quieres hacer noche. Y aunque la misma villa tiene una oferta sugerente de hospedajes, desde Bodegas Valdelana no podemos dejar de recomendarte a que hagas noche en nuestro agroturismo en Elciego. Te esperamos en nuestra bodega de 1583 con los brazos y los vinos abiertos. [Fotografías de Sergio Otegui Palacios, colaborador y autor del blog de viajes Nada Incluido].
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